¿Será posible la gran transformación?

Permítaseme en estas breves líneas dialogar con el lector en primera persona. Se dice que el mundo es de los locos o de los genios. También de los valientes y audaces.

No cometo la osadía de sugerir que el Presidente de los argentinos sea lo uno o lo otro. Lejos estoy de ello, como también lo estoy de su estilo confrontativo absoluto, lejano al diálogo, o aun peor, de sus reiterados insultos y agresiones, impropios en cualquier persona, y más aun en un Presidente.

Estas reflexiones no invalidan la realidad que el histórico proyecto presidencial de Ley Bases, que ha obtenido hace horas media sanción en la Cámara de Diputados, abre las puertas para una transformación inédita en el curso de las larguísimas últimas décadas en la historia argentina.

En la medida en que el Senado de la Nación  confirme lo logrado en Diputados, se estaría ante una vuelta de campana en el curso de la larga noche de atrasos del devenir argentino, en su presente y fundamentalmente respecto a su futuro. 

En cambio, en caso de ser rechazado, significará continuar con el actual estado lamentable del país, impregnado desde décadas por pobreza, enfrentamientos y crispación, que ha impulsado la emigración de miles de jóvenes en busca de un futuro, y la huida de muchas empresas generadoras de trabajo genuino.

De lograrse la ansiada aprobación senatorial, se estará ante las puertas de un promisorio presente (muy duro pero mejorado), pero sobre todo esperanzador.

Muchos capitales, argentinos y también del mundo, están observando con enorme interés y expectativa la actual coyuntura, prestos a incorporarse a la actividad productiva nacional, ingreso que supone el efectivo aumento del empleo fecundo, de la riqueza nacional, de la no inflación, y sobre todo regenerando la posibilidad de construir un país vivible, perdida hace muchos años.

Quiera el Destino iluminar a quienes tienen en sus manos esta alternativa, para concretarla.

Que así sea.

¡Suerte Señor Presidente!