[PERFIL] Hace unos días, tuve un sueño placentero. Soñé que...
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Hace unos
días, tuve un sueño placentero. Soñé que la ex presidente K habia sido definitivamente condenada.
Y casi
inmediatamente se dirigía con calma a la población expresando que, a su pesar,
las instituciones se pronunciaron y los fallos de la justicia en un país
democrático debían ser acatados.
En ese
entender, ella exhortaba a todos sus acólitos a mantener la calma, evitando
cualquier manifestación de intolerancia, tal como las agresiones
violentas, concentraciones inútiles,
ocupaciones de universidades, piquetes, cortes de ruta, y por supuesto,
agresiones a la propiedad privada o pública.
Señalaba
además que todas estas demostraciones, solo conseguían dañar a los sufridos
argentinos, impedidos en muchos casos de trasladarse con seguridad, o poder
acceder a sus diversos destinos, trabajo, salud, ocupaciones, etc.
También
en ese sueño, la ex presidenta exhortaba a sus partidarios a aceptar las
disposiciones de la justicia con calma, dado que ella misma había acatado con
serenidad el dictamen de su condena definitiva.
También soñé con un país donde no había piquetes ni ocupaciones de espacios públicos a diario, donde
las vociferaciones eran reemplazadas por el diálogo sereno.
Donde
los estudiantes estudiaban
en lugar de promover tomas de institutos universitarios. Donde las
instituciones funcionaban con aparente normalidad.
Lamentablemente, al despertar comprobé que el gran hecho alentador fue que en
un histórico fallo, la Suprema Corte decretó en forma definitiva, la prisión de
la casi eterna ex presidente.
Las
instituciones, en ese caso, se pronunciaron y obviamente, deben ser acatadas.
No
obstante, al despertar comprobé también que había rutas bloqueadas, agresiones a un canal de TV, concentraciones celebrando
la presencia en el balcón de su domicilio a su conductora (¿alguno de ellos
trabajará?), facultades tomadas -aun cuando por sectores minoritarios-, y
llameantes declaraciones de partidarios, ex funcionarios, legisladores y
periodistas afines.
Lo significativo consiste en que en la mayoría de las manifestaciones
provenientes de sus partidarios, se destaca nítidamente una ausencia: la
alusión o el análisis de los hechos concretos que originaron el juicio que
condujo a la condena.
Fue
demostrado largamente, a lo largo de 17 años de tránsito judicial del
expediente, que hubo una enorme e histórica corrupción y asalto a las arcas
públicas. Lo analizaron decenas de jueces y fiscales, muchos de ellos nombrados
durante la gestión K, incluyendo algunos que fueron sus ministros durante su
gestión gubernamental.
Y esa
ausencia se ve reemplazada por alusiones de carácter doctrinario,
generalizaciones o afirmaciones sin fundamento concreto. En general, son
apelaciones, en muchos casos, retóricas, mucho más allá de la evaluación de la
realidad concreta.
Este proceso retrata también con elocuencia, lo que es el populismo, doctrina que los nutre.
El
populismo es relato, simplemente eso. La realidad, los hechos, son secundarios.
Simplemente la apelación emocional para despertar adhesiones.
Lamentablemente
la enfermedad populista está aún muy vigente en vastos sectores del país, aun
cuando en disminución.
Esa es
todavía, con la ex presidenta K condenada y presa, un muestra de la Argentina K
que no acepta que su turno ha concluido.
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