El país ignífugo

Luego de la intrascendente reunión personal con el presidente de los Estados Unidos, en la que nuestro primer mandatario rogò por el auxilio financiero tanto de parte de ese país como del FMI (del que la nación del norte es accionista mayoritario), a poco de culminado ese encuentro, increíblemente se pudieron oir agresivas expresiones hacia los mismos a quienes se demandaba un solidario apoyo, tanto por parte del Presidente, como por el gobernador de la provincia de Buenos Aires.

La mirada de los otros

Resulta redundante señalar que la actual circunstancia de la vida argentina, se parangona, lamentablemente, con las peores situaciones, sino la màs difícil que le ha tocado vivir, al menos, en democracia. La fragilidad del estado de derecho, interminables cortes de luz, la inflación desbocada, y la inseguridad ya con visos de total descontrol e impotencia por parte de las autoridades, conformaron un escenario generador de un muy inquietante clima de tensión social, aun no exteriorizado en su real dimensión, pero cuya eclosión podría tener características penosas.

Todos contra todos y la esperanza ausente

“El fundamentalismo es una infección muy difícil de curar. Es como las epidemias que se hacen endémicas….A pesar de las patadas en el c…, de las distancias, de las ilusiones perdidas, de los cuentos que nos metieron y nos meten, de las promesas que se hicieron polvo en el viento, nos merecemos unas vacaciones de todo lo feo, lo malo, lo perverso, de la tristeza que nos persigue, de la realidad de lo que no hay, de lo que se acabó, ….nos merecemos ser felices….¨