En el marco de una cuarentena sin fin que va camino de
convertirse en un estrepitoso fracaso, y a esta altura de los acontecimientos
que se desarrollan a velocidad de vértigo en esta debacle nacional, si se
intentara destacar aquellos elementos de mayor significación, habría que
reflexionar sobe el deterioro progresivo y veloz del estado de derecho, junto a
la situación económica.
Las ocupaciones de tierras ilegalmente tomadas, la
suspensión de los desalojos ya ordenados por la justicia, la negociación con
los usurpadores luego de dos meses de toma, (augurando una proliferación de
nuevas ocupaciones) a fin de “dialogar” con los delincuentes intrusados, además
del anuncio de un proyecto presentado en la legislatura de la provincia de
Buenos Aires, que ordenaría la suspensión por 4 años de los desalojos, más los
movimientos sociales manifestando ruidosamente en el mismo sentido, son algunas
de las muestras de la subversión del estado de derecho y de las garantías
constitucionales.
Por otra parte se asiste al vertiginoso avance de la
vicepresidente para remover a los jueces que tratan directamente sus causas en
el fuero penal, y un panorama de posible enfrentamiento institucional en la
medida que la Corte se oponga a su designio, junto con un deterioro general de
la justicia, condicionada frente a la prepotencia oficial. En este contexto, en
rechazo de las medidas del gobierno y al desplazamiento de tres jueces que
intervienen en causas contra la vicepresidente, se multiplicaron movilizaciones
espontaneas en los principales centros urbanos del país, autoconvocados por las
redes sociales, evocando fuertemente el clima imperante en los momentos previos
a la crisis del 2001 que culminó con la renuncia del presidente De La Rua.
La economía
El dólar denominado blue o paralelo, junto con sus variantes
(dólar bolsa o el llamado contado con liquidación), eternos termómetros de la
realidad nacional, continúan su avance acelerado, a pesar que el gobierno
mantiene una cotización oficial, aun habiéndola cuasi devaluado prácticamente
un 35%, con una brecha enorme entre las distintas cotizaciones.
El Banco Central tomó medidas con las que aspira a
detener la caída de reservas, entre las cuales resulta incomprensible,
aquella que somete al default a las empresas privadas, al ordenarles
refinanciar compulsivamente el 60% de sus deudas de capital, decisión que
supone un golpe de magnitud a la inversión privada, única
alternativa solvente de salida para la problemática nacional.
La profunda brecha, por lo tanto, se mantiene e induce al
exportador a retener su producto hasta que el dólar del Banco Central se
acerque al paralelo, mientras que inversamente obliga a los importadores a
acelerar sus compras en el exterior, doble pinza que agudiza la asfixia de
divisas.
Al tiempo, el ministro de Economía envió al Congreso
el presupuesto para el año 2021, que prevé un déficit fiscal de 4,5%
anticipando que el 40% será financiado con emisión de deuda local y el resto
con emisión monetaria, pronosticando una inflación del 40%. Ya este escenario,
aun siendo edénico e infactible, constituyen preanuncios en la práctica de
nuevas devaluaciones y perspectivas altamente inflacionarias.
No resulta menor la información que el producto bruto
interno (PBI) del segundo trimestre 2019, haya caído respecto al año anterior
un 19%, un record histórico en la Argentina, y con escaso parangón en el mundo.
En este contexto, más necesaria se
vuelve la formulación de un plan que indique cuál es la ruta de salida, al
tiempo que el presidente Fernández se haya ufanado de no tenerlo.
La política
También en estos días se encendieron nuevas luces de alarma
por el deterioro del clima político e institucional del país. El listado
incluye la aparente desorientación del gobierno en el manejo de la crisis
sanitaria, el inmediato decreto presidencial convalidando el desplazamiento de los
jueces que investigaban delitos de corrupción de la vicepresidente, la quita
unilateral de coparticipación a la ciudad de Buenos Aires, la grotesca denuncia
judicial contra Mauricio Macri por la presunta violación de su cuarentena, las
usurpaciones de tierras y entre otros, siendo un tema no menor, la práctica
parálisis del parlamento y la justicia, a excepción de los temas que le
interesan a la vicepresidente.
La estrategia
Detrás de este escenario conflictivo se oculta la nula
prioridad estratégica que el gobierno asigna al estímulo de los sectores con
mayor dinamismo, evidenciados por ejemplo, en el freno en el Senado a la ley de
Economía del Conocimiento, siendo una de las pocas políticas solventes de
Estado para promover la denominada industrias tecnológicas, así como el
reciente DNU que declaró servicios públicos esenciales y estratégicos a la
telefonía fija y móvil, internet y televisión paga, congelando sus precios
hasta fin de año, que en la actualidad opera en competencia y es intensivo en
inversiones privadas (una de cuyas consecuencias no menores podría ser el
latente control de contenidos periodísticos por parte del Gobierno, como así
también la sanción de la ley de teletrabajo que ha virtualmente paralizado las
contrataciones en el trabajo a distancia.
Asimismo, en la secretaría de Energía, habiendo sido
designado su nuevo titular aún no ha asumido aunque hayan transcurrido varias
semanas luego del anuncio oficial, indicio de la menor relevancia que el
Gobierno estaría adjudicando a este sector.
La prensa extranjera
“Los problemas económicos de la Argentina obligan a
las compañías a huir”, titula The Financial
Times, señalando que un “número creciente de empresas extranjeras
están recortando sus inversiones en la Argentina o huyendo por completo, por
temor a los movimientos crecientemente intervencionistas del
gobierno de izquierda, destinadas a estabilizar la economía en
dificultades” , agregando que si bien la crisis del coronavirus ha
asestado un golpe a la economía argentina, el creciente intervencionismo
estatal constituye la principal motivación de las decisiones de las
empresas de alejarse de Argentina, lo que no está ocurriendo en otras
partes de la región.
En este sentido, The Guardian publicó: “De
repente nos estamos ahogando en gente”: los argentinos acuden en masa a
Uruguay en medio de la pandemia”, afirmando que entre 15.000 y 20.000
argentinos se mudaron a Uruguay desde que empezó la pandemia, mientras que varios
miles están en espera tramitando sus permisos de residencia.
La esperanza
Ante el deterioro y el avance sobre los derechos básicos, la
prepotencia y el relato falaz, cabe una vez más preservar y encomiar el
rol que en este escenario les cabe a la prensa libre y a las manifestaciones
ciudadanas expresándose en defensa de la República y de las instituciones,
recordando aquel dicho que advertía que por sobre el accionar de los malos, ES
MAS PREOCUPANTE EL SILENCIO DE LOS BUENOS.