Imagen presidencial
Según un último relevamiento, la imagen presidencial positiva bajó de marzo a agosto 30 puntos, mientras que su percepción negativa creció en igual medida.
Este pronunciado descenso podría residir no solamente en la carencia de rumbo o estrategia en la actual coyuntura. Las razones también habría que encontrarlas en que el Presidente atenta contra sí mismo. Unifica a la oposición y pierde el apoyo de sectores medios propios y ajenos.
En este marco, la marcha del 17A podría constituir un ejemplo. La razón de su masividad habría que buscarla en el clima de agobio y fastidio de la mayoría de la población, producto de la interminable cuarentena sin haber logrado disminuir la difusión de la pandemia (el país se encuentra en una poco apetecible posición – N° 12-, en el ranking de países con mayor cantidad de contagios) , por el operativo impunidad desarrollado por la vicepresidente, y también por la ineficiencia y torpeza de distintas decisiones (que llevan al Presidente a inflingirse sucesivas autoagresiones) como por ejemplo :
– Prohibición total del transito aerocomercial así como al transporte terrestre interjurisdiccional
– Persecución por parte de dos helicópteros de un remero solitario en el Delta
– La tragedia de un padre que infructuosamente intentó darle un último abrazo a su hija moribunda
– El fracasado intento de expropiación de Vicentin
– Generar un clima de violenta confrontación verbal y política
– El avance del proyecto de reforma de la justicia, presionado por las necesidades judiciales de la vicepresidente, conteniendo la cláusula Parrilli atentatoria a la libertad de expresión.
– El DNU que dispone congelar hasta fin de año las tarifas de telefonía, Internet y de televisión paga, a la vez que los declara servicios “públicos” y “esenciales”, disposición que conlleva un potencial condicionamiento a los contenidos periodísticos .
Pese al despliegue mediático que está realizando el Presidente, no son observables indicios de mejora en su imagen.
El problema es que las consecuencias de sus desaciertos las sufre toda la comunidad, que así le responde.

Un futuro inquietante
La Argentina se encuentra en un estado inédito, al menos desde el advenimiento de la democracia, en 1983.

El valor de un equipo
“Los problemas que tenemos van a seguir estando, pero somos un poco más felices”. Sabiamente Lionel Scaloni expresó, con pocas palabras la realidad. Lo hecho por la selección argentina de futbol refleja a la vez una virtud (la suya) y también resalta una enorme falencia: la del gobierno. El grupo de futbolistas que cumplieron una real hazaña, ser los mejores del mundo, demostraron el valor de ser un EQUIPO, mucho más allá que constituir un grupo, que muchas veces puede ser una heterogénea conjunción de personas, sin un objetivo común.

Duro presente. Sin futuro
En un diciembre caliente, no solo por las altas temperaturas, la realidad argentina presenta rasgos casi estentóreos, impensados en otros años, donde el último mes era el prolegómeno de vacaciones, cierre de actividades y planes a futuro.
En la actualidad, lamentablemente los temas que sobresalen en la atención nacional en forma predominante son el mundial de fútbol, y el histórico fallo que determinó la condena a la señora Cristina Fernandez de Kirchner a 6 años de prisión, inhabilitación para ejercer cargos públicos y la obligación de devolución de los dineros mal habidos.