[PERFIL] Hace unos días, tuve un sueño placentero. Soñé que...
Read MoreLímites riesgosos
La Argentina está viviendo una época profundamente disruptiva.
Un viraje en la orientación política vigente hasta no hace más de dos años,
accedió a fines del año 2023 a los más altos niveles de conducción del Poder
Ejecutivo Nacional.
De manera sorpresiva (y satisfactoria para muchos, incluyendo para quien
esto suscribe), comenzó con velocidad casi sorprendente a producir los
esperados por largo tiempo cambios abruptos, especialmente en el área de la
economía, en una bienvenida orientación de libertad:
– una casi increíble reducción de la agobiante inflación;
– descenso profundo del riesgo país a pesar del aún crítico estado
general del país;
– tipo de cambio en niveles mínimos;
– inéditas rebajas de tasas impositivas;
– interesantes perspectivas para el mundo inversor externo, ansioso de
poder incorporarse al proceso productivo nacional, a poco de poder percibirse
señales de sostenibilidad de los logros.
Ese esperado aporte de capital privado externo aguarda con expectativa
poder comprobar las perspectivas de permanencia en el camino emprendido
–esperanza compartida también por los argentinos con vocación democrática en
general–, campo donde han comenzado a tomar cuerpo dudas y preocupaciones.
A pesar de los avances en lo económico, se hace imprescindible un marco
institucional solvente, con vigencia plena para propios y ajenos, partidarios y
otros no tanto, que proteja a todos los ciudadanos de los excesos del poder de
turno.
Resulta preocupante la agudización desde los más altos niveles, del
ataque y agravio, en algunos casos grosero, contra supuestos adversarios del
poder de turno, así como hacia periodistas, recreando lamentables recuerdos del
concepto amigo-enemigo que ha llevado a tantos gobiernos a la aplicación muy
riesgosa del concepto de pensamiento único, característico de regímenes poco
adeptos a la convivencia democrática.
En tal sentido, un llamado de atención por libertad de expresión y de
prensa en la Argentina acaba de hacer un organismo de la OEA, que calificó de
“… deterioro acelerado del ambiente para el ejercicio de la libertad de
expresión en la Argentina, caracterizado por la baja tolerancia del Poder
Ejecutivo hacia las críticas y los procesos deliberativos” (La Nación, 2-6-25).
Por su parte, prevenciones locales y del exterior señalan también los
daños autoinfligidos por el Gobierno en su conflicto con los médicos de un
establecimiento tan reconocido como el hospital Garrahan, así como la reciente
lamentable utilización del canal infantil Paka Paka, hasta hace poco tiempo
acerbamente criticado y anunciado como pronto a desaparecer, para difundir en
los niños las ideas de ¡defensa del libre mercado y combate al monstruo
socialista!
Opiniones estas de diversos círculos del exterior que no resultan
gratuitas, pues por fuera del riesgo cierto ya señalado en materia de derechos
cívicos, constituye una señal de alerta muy atendida por los capitales
extranjeros que, en función de la triste historia que en la materia exhibe el
país, observan con atención la vigencia plena de las instituciones, antes de
decidir incorporar sus capitales al proceso inversor nacional.
En este sentido, un suspiro de esperanza se genera con la histórica
confirmación del fallo definitivo del caso Vialidad, al comprobar que el Poder
Judicial, pilar de la institucionalidad, ha fallado conforme a derecho.
Resulta esperable que la esperanza que había nacido en muchos argentinos
de verse liberados del populismo que llevó al atraso al país por décadas no se
llegue a ver frustrada por estas distorsiones en la convivencia democrática.
Se está asumiendo un límite riesgoso. Casi como conducir por la
banquina.
[PERFIL] La Argentina está viviendo una época profundamente disruptiva. Un...
Read More[PERFIL] La Argentina está viviendo una época profundamente disruptiva. Un...
Read More[EL PAIS] Una serie de actos electorales provinciales han tenido...
Read More¡Suerte Señor Presidente!