La buena, mala o nula información

Argentina, inserta en la difícil situación económica que está atravesando, producto indudable de la crítica herencia recibida de los largos, casi eternos, años de gobiernos populistas, y en especial del último período K, está atravesando un período problemático respecto, simultáneamente (casi como un oxímoron) a la excesiva, escasa y también desinformación.

En cuanto a su primera manifestación, el exceso, los medios audiovisuales operan casi exclusivamente y desde hace largo tiempo con temas tales como el secuestro de un niño en el norte del país, un notorio caso de pedofilia protagonizado nada menos que por un diputado, disputas al interior del oficialismo y, en los últimos tiempos, el lamentable e impúdico caso del affaire del último ex presidente versus su anterior pareja, lo mismo que detalles escabrosos de su vida amorosa.

Esta concentración, como consecuencia, ha desplazado del trabajo periodístico, al segundo de los aspectos señalado más arriba: la escasez de información o análisis, respecto a temas mucho más centrales para la vida de los argentinos, como por ejemplo:

  • el curso descendente de la inflación, inimaginable pocos meses atrás;
  • el descenso de magnitud de la tasa de interés en el sector financiero;
  • la reaparición casi milagrosa del crédito, en sus distintas manifestaciones, sea personal, prendario, hipotecario, con su consecuente repercusión en el incremento de la actividad económica;
  • consecuencia de lo anterior, el crecimiento de la construcción privada, sostenida por una demanda en expansión, que ha permitido que el índice que mide esta actividad, afectado por la casi nula obra pública, no se haya desmoronado a niveles históricos;
  • la transformación del mercado de alquiler de viviendas a partir de la derogación de la fatídica Ley que regía esta actividad, que determinó una vuelta de campana en un mercado, donde de existir una casi imposibilidad por lograr rentar una vivienda, salvo a valores exorbitantes, se observa en la actualidad un alud de oferta, impulsado además por las nuevas construcciones, con la consecuente disminución de los valores locativos;
  • el auge en las áreas energética, minera, litio, una de cuyas más recientes manifestaciones se ubica en el extremo sur del país: a 60 km de la costa de Tierra del Fuego, se lleva adelante una inversión de US$700 millones que permitirá seguir diversificando las fuentes de producción de gas en un proyecto offshore , que implica la perforación de tres pozos a 70 metros de profundidad en el mar argentino, y que ampliarán la producción nacional gasífera en un 8%, con el consiguiente aumento en la  sustitución de  importaciones y, posteriormente,  por el incremento en  las exportaciones. ( La Nación 1-9-24). 

El tercero de los aspectos señalados al inicio, de no menor importancia, la desinformación, tiene que ver con el hecho que el Poder Ejecutivo por decreto, ha reglamentado la ley de acceso a la información pública, a cuyo  respecto el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) advirtió que implica “un grave retroceso democrático, inserto en un panorama de reiterados ataques a la prensa, usuales en los gobiernos populistas…”. 

Cabe recordar que el respeto recíproco entre los tres poderes que conforman el equilibrio  democrático, y una prensa independiente constituyen las garantías de toda sociedad, frente a cualquier intento de  desborde de poder. 

Y lamentablemente, la Argentina, tiene plena conciencia de su afectación, a través de su historia.

¡Suerte Señor Presidente!