Por tercera vez en pocos años, constituye una opción atractiva encabezar estas líneas con  la frase del título, atribuída originalmente a la maravillosa Mafalda, aquel personaje (que odiaba a la sopa) creado e inmortalizado por Quino en la década del 1970.

Y cabe también relacionarlo con una expresión reiteradamente utilizada en los últimos tiempos, en distintos medios gráficos: aquella que cuenta que si un argentino se ausenta por 20 días de su tierra encuentra al regresar todo distinto. Empero, si vuelve luego de 20 años de ausencia, se topa con  el mismo panorama de antaño. O sea, otra vez  ¡sopa!

Y lamentablemente el aserto encuentra asidero en la realidad actual argentina.

Cuando algunos hace no mucho tiempo habían pensado, imaginado, soñado, que el país podría encaminarse hacia la senda de un país normal, quizás casi aburrido como tantos otros, nuevamente la realidad sacude un ramalazo que destruye esa imagen y asoma el fantasma del pasado recurrente.

Y ese fue el sacudón del 11 de agosto.

Pasado el momento de shock, el  sábado 24 se concretó una  multitudinaria movilización ciudadana, convocada espontáneamente en base a redes sociales, promovida entre otros por el actor Luis Brandoni y por el director de cine Juan Campanella, realizada en diferentes lugares del país, con epicentro en la Plaza de Mayo, que constituyó una inyección de entusiasmo para funcionarios, dirigentes y militantes del oficialismo que días antes lucían abatidos frente al resultado de las PASO ( aquel engendro institucional que constituyen las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias).

No obstante, no era razonable ilusionarse demasiado  con un cambio de tendencia.

La Nación (1)  señalaba ingeniosamente que en términos futbolísticos, hombres del macrismo admitían que el escenario frente a las elecciones del 27 de octubre se asemejaba a un partido donde un equipo se apresta a iniciar el segundo tiempo con una desventaja de cuatro goles a cero. No resultaría  imposible una remontada épica, especialmente cuando, a diferencia de un simple cotejo de fútbol, el entretiempo no es de 15 minutos sino de dos meses. Pero, para lograr la igualdad y alcanzar la soñada definición por penales -esto es, el ballottage- no solo haría falta que el equipo de Mauricio Macri juegue brillantemente, sino también que su adversario cometa groseros errores.

En ese camino, para el macrismo hubiera sido muy conveniente que Cristina Kirchner , hoy silenciada y temporalmente ausente, diera inicio a sus intervenciones, aunque  nada hace pensar que la exmandataria habría de modificar su estrategia.

Aquellos que se manifestaron  el sábado último, lo hicieron a favor de   una agenda nacional dada por el reclamo para la  transparencia en los procedimientos, la calidad en el manejo de los recursos del Estado, el funcionamiento de los poderes y, centralmente, la Justicia.

En este último aspecto, Fernández debería dar su opinión sobre  las causas de corrupción contra el kirchnerismo, alguna de las cuales  tienen ya elementos probatorios objetivos y comprobados, más allá de cualquier duda o sospecha.

A su vez, su discurso sobre la situación de Venezuela es muy escurridizo y demuestra que su visión institucional deja mucho que desear.

Ello quizás lo obligue a decir que sigue la política de México y Uruguay, países que consideran que no se trata de una dictadura por el hecho que en apariencia, funcionan los tres poderes. En muchas otras dictaduras también sucede esto, pero como una ficción.

Fernández también sostiene que un gobierno elegido por el pueblo no puede ser una dictadura, pero más de 50 países de las Naciones Unidas señalaron que la elección se hizo de manera defectuosa, entre otras cosas, porque gran parte de los candidatos opositores estaban exiliados o presos.

Además,  el informe que elaboró  sobre Venezuela la ex presidente chilena Michelle Bachelet -comisionada por las Naciones Unidas- no avala la posición neutral de Fernandez, ni tampoco la de Mexico y Uruguay.

Los desafíos…

… que enfrenta la coalición  oficialista  son mayúsculos por el impacto que el resultado de las PASO ha tenido en la dinámica económica y política.

En materia económica, si bien la desconfianza de los mercados, traducida en la fuerte suba del dólar y el aumento del riesgo país, puede ser atribuida en mayor medida al miedo de los inversores al regreso del kirchnerismo, las consecuencias castigan fundamentalmente al actual gobierno que  debe enfrentar a un espacio peronista fortalecido por el triunfo del 11 de agosto, a lo cual se suma la actitud de ciertos actores sociales, como no pocos sindicalistas que antes preferían refugiarse en la cautela, y de empresarios, que parecían jugar en el equipo del oficialismo y de súbito buscan acercarse al candidato presidencial de la oposición. Una actitud que podría extenderse a ciertos sectores de la justicia.

Adicionalmente el clima se enrarece ante  la percepción mayoritaria de   que el país se encamina hacia un fin de ciclo. Muchas encuestas poselectorales, (al margen del descrédito en que han caído),  concluyen  que una mayoría de los argentinos consultados estiman  que Alberto Fernández será el futuro presidente.

En este escenario, se comenta  que  líderes territoriales de la coalición oficialista,  especialmente en la provincia de Buenos Aires, han  comenzado a tejer planes para promover en sus respectivos distritos, oportunos (para su jurisdicción)  cortes de boletas.

Reunión con el FMI.

En la reciente reunión mantenida con  los responsables del programa argentino dentro del FMI,  el candidato Fernández expresó que el actual Gobierno violó normas institucionales y que la entidad internacional  actuó por fuera de la ley que la rige, prestándole recursos a un país con probable fuga de capitales, sosteniendo además que se deberían reprogramar los pagos.

Por fuera de la gravedad de las afirmaciones del comunicado de prensa emitido a posteriori de la reunión, surge  una perspectiva  fundamental y preocupante: si alguien aspiraba que existiese un atisbo de colaboración o de no agresión al menos, entre el Gobierno y la oposición mayoritaria, ese pensamiento quedó definitivamente enterrado. Se dio paso a un lenguaje de la mayor agresividad dando el puntapié de largada a un nuevo proceso preelectoral hasta el 27 de octubre, nada menos que dos meses, donde la convivencia nacional será extremadamente difícil. (2)

A su vez, más allá de inscribirse en una maniobra de campaña atacando al presidente/candidato Macri, el documento parcialmente reproducido a continuación, constituye en los hechos un atentado contra el país, por sus consecuencias claramente incendiarias en una situación tan crítica como la actual:

“Quienes han generado esta crisis, el Gobierno y el FMI, tienen la responsabilidad de poner fin y revertir la catástrofe social que hoy atraviesa a una porción cada vez mayor de la sociedad argentina. Para ello deberían arbitrar todos y cada uno de los medios y las políticas necesarias …El último desembolso ha sido íntegramente destinado a financiar la fuga (de capitales). Este fenómeno constituye un incumplimiento flagrante a lo dispuesto por el artículo VI del Acta Constitutiva del organismo, cuyo primer párrafo dispone que ‘ningún miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital”.

Preguntados sus voceros si esto quiere decir que Fernández se opone a que el Fondo haga un nuevo desembolso, si bien respondieron elípticamente al señalar que esa decisión  es atributo del FMI , en los hechos están objetando el mismo. La gravedad del caso es que esa ¿advertencia? del candidato opositor se produce justo cuando el FMI debe decidir si autoriza un nuevo desembolso, por 5400 millones de dólares.

Casi como un anticipo de la negociación ( con el FMI) que podría avecinarse en caso de ser electo presidente, Fernández les manifestó que tiene “buena predisposición para trabajar en conjunto en el futuro”…., pero insistió en que “la recuperación del crecimiento a través del impulso de la producción y el empleo debe ser la componente central de un modelo económico alternativo”.(1)

Esto y decir que el programa del FMI será cuestionado en sus bases fundamentales es equivalente.

Este comunicado rememora  lo actuado a mediados del año 1989, en pleno proceso inflacionario de la última parte del gobierno del Dr. Raul Alfonsin, cuando, según atestiguaban fuentes inobjetables,  el Dr. Domingo Cavallo, a posteriori Ministro de economía del Dr. Menem, le sugirió a los medios financieros estadounidenses no financiar más a la Argentina, dada su crítica situación, lo cual precipitó aun más la caída del gobierno radical que no pudo finalizar su período constitucional, renunciando seis meses antes de su conclusión.

En aquel momento esta movida del menemismo fue considerada claramente destituyente.

Júzguese la similitud de las situaciones.

Anticipo de medidas?

El análisis del comunicado del candidato presidencial Fernández también puede estar sugiriendo el vector intervencionista (nada inesperado) que tendría su gobierno, en caso de acceder al poder.

Y a esto se agrega, como ejemplo,  que uno de sus importantes referentes, el diputado nacional Felipe Solá señaló que “el precio del pan no puede estar atado ni al tipo de cambio ni al precio internacional del trigo” agregando como posible mecanismo para solucionar la cuestión: “El gobierno se reserva una cantidad de granos y se la vende a los molineros, pactando así el precio del pan, … habría que volver a un sistema que estuvo durante muchos años”. En esencia, evocó un mecanismo aplicado desde sus albores por el peronismo que consistía en la concentración de la comercialización de granos por parte del Estado, a través de una denominada Junta Nacional de Granos, y la fijación de precios máximos, comentario que despertó la reacción de buena parte del sector agropecuario.

Miguel Ángel Pichetto, candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, cuestionó la posible iniciativa reclamando que el kirchnerismo aclare  si se quiere una economía intervenida, que vuelva la Junta Nacional de Granos, y/o imponer  precios máximos al trigo. (3)

Obviamente, en la estrategia del candidato Fernández, el comentario del Ing. Solá no lo debe  haber  ayudado en su campaña, si es que desea aun mantener algo de su perfil de moderación.

Como tampoco podría ser de ayuda, el tuit de un oscuro personaje, Juan Grabois, líder de uno de los movimientos sociales más numerosos, referente asiduo del papa Francisco, y caracterizado por su virulencia, quien  dando muestras del carácter “conciliador” de su movimiento señaló en relación con  la marcha del sábado 24 en apoyo al Gobierno:

“Me emocione con la marcha pro. Me emociona que los argentinos que admiran a ese selecto club de garcas, hipócritas y fanfarrones con mucha plata, poder y medios, pero con poco cerebro y sin corazón sean tan poquitos y oxidados ¡No aflojemos que en diciembre se van!”

Vivo anticipo del clima que podría imperar en un futuro no lejano.

*Referencias del diario LA NACION de Buenos Aires: (1) Fernando Laborda, 27-8-19; (2) 27-8-19;  (3) 23-8-19.

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