Aun con la persistencia de los ruidos y del estupor por el resultado del acto electoral del 11 de agosto pasado, una de las conclusiones obvias que ha concitado una mayoritaria adhesión, consiste en afirmar que el Gobierno, y en especial el presidente Macri, ha sufrido un duro golpe que ha agravado aún más su ya desgastada imagen en un importante sector de la población.
En este escenario, ante la probable inminencia de la derrota del partido oficial, también vastos sectores sienten y expresan su preocupación, no ya por la partida del actual gobierno, sino por la llegada, una vez más, del populismo que ha conducido al país, casi en su totalidad de los últimos 70 años, a una situación de endémico atraso y postergación.
Resulta inevitable este futuro?
Para algunos no caben alternativas.
Empero, podría surgir en hipótesis, alguna oportunidad.
Qué pasaría si el presidente Macri renunciara a su candidatura reelectiva y acordara con el Dr. Roberto Lavagna el apoyo a su fórmula.
Podría conformarse así una propuesta con la boleta íntegra de Juntos por el Cambio, a excepción de la actual sección presidencial, reemplazada por la del Dr. Lavagna.
Independientemente de los deseos personales y de las posibilidades legales y fácticas, surgen, en un intento de análisis objetivo, numerosas ventajas ante esta alternativa:
- Los mercados podrían ceder en su nerviosismo, con lo cual facilitarían el tránsito hasta el acto electoral, y por supuesto, el devenir del futuro gobierno. Las razones: la buena imagen del Dr. Lavagna, y la posibilidad concreta de evitar en un ballotage la amenaza de triunfo kirchnerista
- Al desaparecer la postulación del actual presidente, cuya imagen es menor a la de sus otros candidatos para las restantes categorías, mejorarían sensiblemente las posibilidades para éstos, caso Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, gobernadora de la provincia de Buenos Aires, etc.
- Se podría factibilizar un futuro parlamento con una composición que evite la concentración de poder en manos de un solo partido.
- Sería posible concretar casi de inmediato la propuesta solicitada por el Dr. Lavagna de establecer un programa de gobierno que contemple no sólo la solución o al menos el paliativo de los graves problemas actuales, sino comprometerse a las medidas de fondo que el país requiere inexorablemente, como condición para salir de su atraso histórico, más allá de la prédica distribucionista demagógica.
Está en manos de los candidatos poder reflexionar sobre esta posible alternativa, y en caso de admitir su factibilidad, asumir generosos renunciamientos en aras de un acuerdo como el planteado más arriba.
Buena parte de los argentinos contemplan con no poca angustia la actual circunstancia nacional, y podrían, al observar una desprendida actitud de algunos de sus líderes, lograr un atisbo de esperanza a la visión del futuro que se avecina.