En momentos de redactar estás líneas, los argentinos aún ignoran, no sólo quienes serán los candidatos en las próximas elecciones, sino si serán 2,3 ó 4 los postulantes al sillón presidencial.

Todo está en debate en el seno fundamentalmente de la “avenida del medio”, aquella alejada de la polarización entre el actual oficialismo, representado por Cambiemos, y el partido de la ex presidente Cristina Fernandez de Kirchner (hasta ahora autocandidateada a vicepresidente), ambas propuestas aparentemente ya definidas aun cuando no oficializadas todavía.

Este año electoral es decididamente atípico. No solo por la indefinición de alianzas y candidaturas,  a minutos (expresado en tiempos políticos)  del cierre de la presentación de los frentes partidarios,  sino también, porque nunca el oficialismo de turno debió enfrentar una campaña electoral en medio de un duro ajuste macroeconómico como el que impone el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). (1)

En  general, los gobiernos, en caso de períodos recesivos, suelen recurrir a políticas monetarias y fiscales expansivas, pero el uso de esas herramientas en la actual circunstancia argentina está vedado por el programa con el FMI, cuyo principal objetivo fue evitar otra crisis de pagos externos que habría dejado a la economía al borde del default.

En su última negociación con el Fondo,  el logro más importante del gobierno fue obtener la anuencia  para que el Banco Central de la República Argentina (BCRA)  pudiera vender dólares en el mercado y evitar saltos bruscos en las cotizaciones como los de los meses de marzo y abril últimos. De hecho, la virtual estabilidad cambiaria de las últimas semanas, sin que debiera intervenir, ya comenzó a reflejarse en distintos indicadores y en un repunte del índice de confianza del consumidor que elabora la Universidad Di Tella, a la vez que la inflación, si bien conservando aún niveles cuasi siderales, está insinuando una esperanzadora desaceleración.

En cuanto al futuro inmediato, si bien la incerteza  electoral no permite formular pronósticos cerrados,  se descuenta que la dolarización de depósitos o inversiones en pesos se acentuará antes de las elecciones  de agosto y podrá aumentar al aproximarse la fecha del comicio de octubre. No obstante,  se estima que con el actual herramental,  el BCRA podría  hasta las elecciones enfrentar  eventuales presiones en el frente cambiario.

En ese contexto, el oficialismo, intentando retomar una iniciativa larga y lamentablemente  abandonada por su parte, lanzó una serie de  medidas, (emprendidas con prudencia por parte del Gobierno,  para suavizar su impacto en las cuentas públicas o en el frente  monetario)  destinadas a estímular el consumo, especialmente de los sectores  medios, tales como el relanzamiento del plan de créditos “Ahora 12”  en cuotas sin interés, al que ya adhirieron  cadenas de electrodomésticos, línea blanca, electrónica, entre otros rubros, con el objeto  de revertir la caída de ventas de los últimos 12 meses.

Además la  bonificación en  las compras de autos 0 kilómetro entre $50.000 y $90.000 -según los precios de venta-  a efectos de estimular la baja de stocks acumulados (crecimiento de inventarios éste, que se podría traducir en  suspensiones de personal en varias terminales).  Estas medidas se suman al congelamiento de tarifas de electricidad, gas, transporte y telefonía celular (en este caso sólo para líneas prepagas).

Por otra parte, el pago del medio aguinaldo de junio y los acuerdos  ya cerrados en paritarias, con  cláusulas de revisión por inflación,  constituyen otro elemento positivo en términos de posibilitar la  reactivación del consumo.

Queda claro, empero, que este conjunto de medidas coyunturales y diríase de “urgencia electoral” no tiene nada que ver con una política sustentable que tienda a encaminar al país a una senda de crecimiento, única forma de  desindexar la economía, combatir la inflación, bajar la pobreza y asegurar una mayor equidad social.

Esta, hoy diríase quimera, se podría lograr, únicamente  a partir de  acuerdos políticos amplios, sin demagogias ni falsos enunciados,  anhelo que suena a ilusorio, en un marco donde, a pocos meses del acto electoral,  no sólo resulta incierta la posibilidad de pronosticar un ganador, sino que no se conocen siquiera, los posibles candidatos..

No obstante, Miguel Ángel Pichetto, líder del peronismo moderado enrolado en el segmento “Alternativa Federal”, dejó entrever  que  podría haber un acuerdo para la gestión   de un eventual segundo mandato de Macri.  Y ésta es una muy buena noticia. (1)

Las afirmaciones del Senador Pichetto coinciden con un secreto a voces de las mayorías democráticas argentinas: en las próximas elecciones se elegirá no sólo un binomio presidencial y una legislatura, sino que estará en juego un sistema político y económico.

De un lado estarán quienes deseen afianzar la institucionalidad democrática,  la apertura hacia el mundo y el respeto a las normas jurídicas, y del otro aquellos predicadores del pensamiento único ( nosotros o ellos) , con su nostalgia setentista , su autoritarismo, sus simpatías por la intervención del Estado en la economía,  y las alianzas con  países como Irán, Venezuela y Cuba.

Es en este escenario, donde,  luego de una espectacular caída, junio constituye el segundo mes consecutivo de crecimiento de la imagen favorable del Gobierno en las mediciones de los encuestadores,  quienes infieren  que, de no modificarse esa tendencia, esa mejora podría trasladarse a la intención de voto para el Presidente.

Novedad grata a los oídos del oficialismo. La duda es si aún está a tiempo.

Mas alla de la coyuntura

En un pasado algo lejano, un actor cómico expresaba en forma vehemente: ¿Qué nos pasa a los argentinos?

El país está envuelto  en una maraña política, pero fundamentalmente ideológica y sociológica, en base a argumentos supuestamente racionales, pero que esconden una circunstancia dramática que lo ha llevado, desde mediados del siglo XX,  a no comprender la razón de ese laberinto.

En el camino de intentar una respuesta, ese extraordinario periodista, analista político y consumado escritor, Jorge Fernandez Díaz, ha publicado una columna imperdible, (analizando conceptos de Jonathan Haidt) ,  que, quien esto escribe, no se resiste al impulso de transcribirla en sus conceptos más significativos: (1)

“ la grieta es emocional … y la globalización y las redes sociales multiplican … el tribalismo y la polarización.

… Loris Zanatta, vincula … la falta de institucionalización y la apropiación indebida del Estado, … con la conversión de la política en religión y, por lo tanto, en una división drástica entre el bien y el mal. Hubo aquí una acción deliberada, vuelta cultura permanente, para reforzar el antagonismo, y eso fue ejecutado varias veces por el Estado justicialista . … ( y aquí Zanatta se pregunta)….’Por qué buenas personas están divididas por razones políticas?’. La respuesta lo obliga a una vasta investigación y lo conduce a la palabra “identidad”, que es un concepto de época y que viene a sustituir las palabras “fe” e “ideología”. Hay una búsqueda de principios y miradas que compartimos, y un modo de encontrarnos unos a otros rápidamente en internet. Que a la vez se ha abierto de manera espectacular y masiva a la opinión automática, pero también a la refutación sulfurada: este tiroteo pasional y continuo genera espirales de agresión y solidaridad, enroques firmes y agrupamientos identitarios: nosotros y ellos. Ese es el principio de la tribu, … ‘somos muy propensos al tribalismo y a creer cualquier cosa que nos haga a nosotros héroes y a los otros malvados; las redes han permitido a la gente que crea cualquier asunto horrible sobre el adversario’. Se trata, entonces, de fanatismo …que… no consiste en buscar la verdad, sino en ganar la discusión. Cualquiera que sea.  

Haidt añade que experimentamos ‘la pura reafirmación de nuestros prejuicios…en los que la verdad es estrictamente irrelevante. Las creencias más exóticas se propagan como el fuego, y cualquiera que las cuestione es sometido a un linchamiento, como mínimo, virtual. Así, el procedimiento que nos convierte en seres racionales se está sustituyendo por el grito de la tribu’: si quieres saber qué van a votar los ciudadanos, no preguntes por sus anhelos o aspiraciones; averigua qué odian.

… Aquí la política ha sido tradicionalmente tribal…. El peronismo fue creado a imagen y semejanza del “socialismo nacional” de Mussolini, y con la misión de destruir, precisamente, la idea ‘demoliberal’, Que regresó con toda su virulencia durante la década K.  … una parte importante de la población está dispuesta a romper el sistema de partidos en pos de un movimiento antisistema. .. la grieta no es meramente emocional, sino institucional y filosófica.

Nadie podrá, por lo tanto, denunciar que no se debaten cuestiones relevantes en esta campaña; pocas veces hubo una puja más seria que ahora, entre una democracia representativa y un régimen autocrático que pretende cargarse la división de poderes.

 …El divisionismo peronista, su eterna aspiración al partido único… ni siquiera  entregó los atributos presidenciales y pasó a la resistencia, apostando al colapso … “

Hemos coincidido reiteradamente con este enfoque. Más válido que nunca.

 (1) Referencias del diario LA NACION de Buenos Aires. 9-6-19

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