Hace pocas semanas, se señalaba en estas columnas, el agobiante entorno que les toca transitar a los argentinos, caracterizado entre otras tribulaciones, por la imparable inflación, escasa seguridad jurídica, deterioro educativo, niveles de pobreza e indigencia galopantes, estado de inseguridad y preanarquìa, y la utilización del aparato estatal como agencia de colocaciones partidarias, entre otros, y fundamentalmente la carencia de un horizonte esperanzador.

Los sucesos producidos en los últimos días

·        tres renuncias ministeriales concretadas en apenas 72 horas

·        la  represión policial en el estadio de futbol de La Plata

·        intento de desalojo de los predios ocupados por seudomapuches en Villa Mascardi, a todas luces tardìo, incompleto e ineficaz (los líderes de las tomas escaparon sin mayores inconvenientes), tal que generò las condiciones para la reediciòn de las usurpaciones a poco andar

·        increíbles tomas de colegios o los crecientes actos de prepotencia y violencia  sindicales y de grupos sociales…

… constituyen una parcial pero elocuente muestra del estado de indefensión en que se encuentra la mayoría de los argentinos.

Este escenario agravado por la amenaza de una recesión global con impacto en el país  y la sequía en la región pampeana, ofrecen un panorama muy preocupante para el delicado estado de las finanzas pùblicas en vistas al futuro casi inmediato.

En tanto, voces de la coalición oficialista en el poder, comienzan a reclamar nuevamente los inútiles  controles de precios, una aùn mayor intervención del Estado en la economía, asì como el cambio de las reglas de juego electorales, sea la suspensión de las PASO o el adelantamiento del calendario electoral ante  el crìtico escenario y su aùn màs pesimista proyección futura.

 La reciente Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública que elabora la Universidad de San Andrés, mientras tanto, exhibe que  solo 10% de los encuestados está satisfecho con la situación general, mientras que el restante 89% se encuentra insatisfecho a la vez  que el 83% considera que el país “empeoró” en comparación con un año atrás y  un 54% piensa que estará aún peor a la misma altura de 2023.

A su vez, en consonancia con   este angustioso relevamiento,   según los últimos datos del Indec para el primer semestre del año,  un 36,5% de la población se encuentra  en situación de pobreza,  y un 8,8% de indigencia (La Naciòn  9-10-22)

El lamentable cuadro  ilustra, una vez màs,  la actual falta de capacidad estatal para imponer desde normas de convivencia hasta políticas económicas duraderas, por lo cual  resultan inviables la inversión y el crecimiento económico , y por ende,  la generación de empleo.

La población, en tanto, no sòlo padece las dificultades de un presente, lejos de ser venturoso, sino la carencia de un futuro màs esperanzador, tal como lo muestran los datos de las encuestas.

En consecuencia, y en el camino de edificar un mañana màs promisorio, se torna imprescindible generar consensos básicos sobre cuestiones estructurales.

Y es en este contexto que  el título de las presentes  líneas: “El que, el còmo y el quien”, viene a mèrito de  un anticipo del libro del Presidente Mauricio Macri, titulado “Para que”, en especial atento a los ajetreos y personalismos que están impregnando en la actualidad, el accionar de la principal coalición opositora.

La sociedad exige que en primer lugar se explicite QUE se propone para efectivizar el cambio declamado, donde  no podrán estar ausentes las propuestas de las imprescindibles reformas laboral, previsional, fiscal, del Estado, y la profesión de fe irrestricta en el respeto a la ley y al Estado de derecho,  entre otras.

Exponer COMO se intentarà lograrlo, que no podrá obviar la búsqueda de un consenso importante,  por parte de la sociedad, en pro de su futuro, admitiendo procesos no exento de sinsabores.

Y recién finalmente recalar en QUIEN lo conducirà. Comprometido con el QUE y el COMO.

 

Hasta el presente,  aun se observa que ese esperado orden, aùn  està subvertido, privilegiando el posicionamiento personal. Lamentablemente.